Ejes de trabajo
Filosofía
“Cada generación tiene la tarea de diseñar una vida mejor.”
Wang Hui, de URBANUS
¿Cómo te conectas con el ambiente
La arquitectura es arte, artesanía, filosofía, metafísica, conocimiento, entendimiento. Es un modo de ver el mundo, de relacionarnos con él. Su tarea es crear metáforas existenciales encarnadas y vividas, que concretan y estructuran nuestro ser en el mundo. Se trata de un trabajo con visión de futuro, tanto en su forma como en su impacto social, ambiental y cultural. Este proceso permite una comunión con el mundo que habitamos, una conexión íntima con el medio ambiente y su entorno, considerando las energía telúricas, celestes y sagradas.
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La tarea de la arquitectura consiste en mantener una articulación cualitativa con el espacio existencial, con el ambiente. En lugar de acelerar nuestra experiencia del mundo, la arquitectura debe defender ferozmente la lentitud: proveernos otras formas de vivir, de sentir, de movernos, de tocar.
El proceso de diseño se inicia a través de la creación de un acuerdo compartido, de los deseos y las intenciones, de las oportunidades y las limitaciones, poniendo en juego el sentir y el pensar. El corazón del proyecto surge del encuentro, de la comunicación abierta entre los clientes y el equipo de diseño, que juntos integran diversos conocimientos y experiencias para generar soluciones colaborativas.
Espacio
“La arquitectura es la voluntad de una época traducida al espacio.”
Ludwig Mies van der Rohe
¿Cómo es el espacio ideal para ti?
El espacio es alojamiento e integración: una proyección de nuestras medidas humanas y el sentido de orden que le damos al medio natural inmensurable. La arquitectura nos permite vivir en espacios de mera invención y fantasía: articula las experiencias del ser en el mundo y fortalece nuestro sentido de realidad y de yo.
También es el medio, la naturaleza, nuestro ambiente. Ante la crisis de cambio climático que enfrentamos, es necesario aplicar una perspectiva ecológica del diseño, verdaderamente restauradora, que nos permita reconectarnos con el entorno, derribando las barreras físicas y mentales que nos separan del mundo natural.
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La sostenibilidad debe estar firmemente arraigada en los detalles esenciales del diseño, tomando herramientas del ecodiseño, la arquitectura verde, la agricultura sostenible y la ingeniería ecológica, entre otros campos.
Es hora de dejar de diseñar a la imagen de la máquina y comenzar a diseñar de una manera que honre la complejidad y la diversidad de la vida misma. Minimizar el uso de energía y de materiales, reducir la contaminación, preservar el hábitat y fomentar la comunidad, la salud y la belleza: una forma más humana de pensar el diseño.
Cuerpo
“No me alcanza con imaginarte, si no puedo tocarte y sentirte.”
Juhani Pallasmaa
¿Cómo quieres habitar tu espacio?
La arquitectura como fenómeno concreto expresa la relación histórica del cuerpo del hombre con el mundo. El hombre es cuerpo y la arquitectura se ha concretado como su segunda piel. Se trata de una interrelación dinámica y viva: los sujetos del habitar son activos, los cuerpos son sensibles y los espacios, vividos. Y el diseño del espacio debe adecuarse a ese modo de habitar.
El cuerpo es también el lugar de la percepción, del pensamiento y la conciencia. La función de la arquitectura es hacer visible cómo nos toca el mundo. Una arquitectura enriquecedora apuntará a todos los sentidos simultáneamente y nos permitirá fundir la imagen del yo con la expresión del mundo, logrará que tengamos una experiencia de nosotros mismos como seres corporales y espirituales.
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Es necesario crear espacios que nos abran al mundo háptico —al tacto, al roce, a la caricia— para integrar nuestra experiencia sensible del mundo. El diseño debe ofrecer formas placenteras, moldeadas para el tacto del ojo y de los otros sentidos. Con herramientas de la neuroarquitectura, pensamos en la conexión del cerebro con el entorno para diseñar espacios que evoquen sensaciones placenteras, como tranquilidad, cobijo, relajación y descanso.
Movimiento
“El bailarín tiene su oído en los dedos de los pies.”
Friedrich Nietzche
¿Cuán importante es el movimiento en tu vida cotidiana?
El hombre es cuerpo y su naturaleza es el movimiento. Como arte, como nutriente del alma. El movimiento consciente como camino hacia lo espiritual del hombre. Como medicina: un estímulo de la voluntad de pensar, sentir y actuar. El movimiento le otorga al ser humano la posibilidad de integrar todos sus sistemas (el neuro-sensorial, el rítmico, el metabólico y el motor) y alcanzar la plenitud del ser.
La arquitectura y el entorno construido proveen la estructura para toda interacción y actividad humana. Desde el diseño le damos forma al espacio y este, a su vez, no da forma para ser, para movernos, para experimentar. El ambiente y el espacio que diseñemos deben permitir que el cuerpo encuentre su movimiento más armonioso y su postura más justa, en todas las acciones cotidianas.
Un diseño con escala humana, uno que cree espacios abiertos, amplios, que promuevan el movimiento como parte del desarrollo humano integral.
Filosofía
“Cada generación tiene la tarea de diseñar una vida mejor.”
Wang Hui, de URBANUS
¿Cómo te conectas con el ambiente?
La arquitectura es arte, artesanía, filosofía, metafísica, conocimiento, entendimiento. Es un modo de ver el mundo, de relacionarnos con él. Su tarea es crear metáforas existenciales encarnadas y vividas, que concretan y estructuran nuestro ser en el mundo. Se trata de un trabajo con visión de futuro, tanto en su forma como en su impacto social, ambiental y cultural. Este proceso permite una comunión con el mundo que habitamos, una conexión íntima con el medio ambiente y su entorno, considerando las energía telúricas, celestes y sagradas.
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La tarea de la arquitectura consiste en mantener una articulación cualitativa con el espacio existencial, con el ambiente. En lugar de acelerar nuestra experiencia del mundo, la arquitectura debe defender ferozmente la lentitud: proveernos otras formas de vivir, de sentir, de movernos, de tocar.
El proceso de diseño se inicia a través de la creación de un acuerdo compartido, de los deseos y las intenciones, de las oportunidades y las limitaciones, poniendo en juego el sentir y el pensar. El corazón del proyecto surge del encuentro, de la comunicación abierta entre los clientes y el equipo de diseño, que juntos integran diversos conocimientos y experiencias para generar soluciones colaborativas.
Espacio
“La arquitectura es la voluntad de una época traducida al espacio.”
Ludwig Mies van der Rohe
¿Cómo es el espacio ideal para ti?
El espacio es alojamiento e integración: una proyección de nuestras medidas humanas y el sentido de orden que le damos al medio natural inmensurable. La arquitectura nos permite vivir en espacios de mera invención y fantasía: articula las experiencias del ser en el mundo y fortalece nuestro sentido de realidad y de yo.
También es el medio, la naturaleza, nuestro ambiente. Ante la crisis de cambio climático que enfrentamos, es necesario aplicar una perspectiva ecológica del diseño, verdaderamente restauradora, que nos permita reconectarnos con el entorno, derribando las barreras físicas y mentales que nos separan del mundo natural.
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La sostenibilidad debe estar firmemente arraigada en los detalles esenciales del diseño, tomando herramientas del ecodiseño, la arquitectura verde, la agricultura sostenible y la ingeniería ecológica, entre otros campos.
Es hora de dejar de diseñar a la imagen de la máquina y comenzar a diseñar de una manera que honre la complejidad y la diversidad de la vida misma. Minimizar el uso de energía y de materiales, reducir la contaminación, preservar el hábitat y fomentar la comunidad, la salud y la belleza: una forma más humana de pensar el diseño.
Cuerpo
“No me alcanza con imaginarte, si no puedo tocarte y sentirte.”
Juhani Pallasmaa
¿Cómo quieres habitar tu espacio?
La arquitectura como fenómeno concreto expresa la relación histórica del cuerpo del hombre con el mundo. El hombre es cuerpo y la arquitectura se ha concretado como su segunda piel. Se trata de una interrelación dinámica y viva: los sujetos del habitar son activos, los cuerpos son sensibles y los espacios, vividos. Y el diseño del espacio debe adecuarse a ese modo de habitar.
El cuerpo es también el lugar de la percepción, del pensamiento y la conciencia. La función de la arquitectura es hacer visible cómo nos toca el mundo. Una arquitectura enriquecedora apuntará a todos los sentidos simultáneamente y nos permitirá fundir la imagen del yo con la expresión del mundo, logrará que tengamos una experiencia de nosotros mismos como seres corporales y espirituales.
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Es necesario crear espacios que nos abran al mundo háptico —al tacto, al roce, a la caricia— para integrar nuestra experiencia sensible del mundo. El diseño debe ofrecer formas placenteras, moldeadas para el tacto del ojo y de los otros sentidos. Con herramientas de la neuroarquitectura, pensamos en la conexión del cerebro con el entorno para diseñar espacios que evoquen sensaciones placenteras, como tranquilidad, cobijo, relajación y descanso.
Movimiento
“El bailarín tiene su oído en los dedos de los pies.”
Friedrich Nietzche
¿Cuán importante es el movimiento en tu vida?
El hombre es cuerpo y su naturaleza es el movimiento. Como arte, como nutriente del alma. El movimiento consciente como camino hacia lo espiritual del hombre. Como medicina: un estímulo de la voluntad de pensar, sentir y actuar. El movimiento le otorga al ser humano la posibilidad de integrar todos sus sistemas (el neuro-sensorial, el rítmico, el metabólico y el motor) y alcanzar la plenitud del ser.
La arquitectura y el entorno construido proveen la estructura para toda interacción y actividad humana. Desde el diseño le damos forma al espacio y este, a su vez, no da forma para ser, para movernos, para experimentar. El ambiente y el espacio que diseñemos deben permitir que el cuerpo encuentre su movimiento más armonioso y su postura más justa, en todas las acciones cotidianas.
Un diseño con escala humana, uno que cree espacios abiertos, amplios, que promuevan el movimiento como parte del desarrollo humano integral.
Diseñemos juntos tu espacio